Fue de repente, simplemente sucedió.
Y es normal cuando llevas tantos años escuchando tu nombre en todas las oraciones conjugadas, en sismos inminentes de preguntas, en intermitentes turbulencias de solicitudes, en respuestas inesperadas e ilógicas sílabas que se transforman para formar cartas, poemas, palabras, oraciones antes de dormir, saludos cordiales, canciones para antes de bañarse.
Y es que sucede que todo se junta para conspirar en tu contra, piensas que los desconocidos son la causa, pero te das cuenta de que no es así.Todo comenzó
en familia, ese afán por enseñarte a hablar para después no dejar de escuchar.
Palabras al aire, aire sin suspiros, suspiros que susurran, susurros que gritan y así toda la existencia se contorsiona para hacerte saber que estás en medio.
Justo en el centro del caos. Ruido, ruido, ruido...
En eso se ha convertido todo lo que te rodea, los anuncios, la publicidad, las palabras románticas, el bullicio, la poesía, la música, ¿en qué momento todo se convirtió?
¿En qué momento dejaste de ser tú para convertirte en parte de ese esquema contaminantemente ruidoso?
Volteas atrás y te das cuenta de pronto, por fin, como tanto lo habías ansiado, que el momento ha llegado, la víspera del silencio dejó de ser una espera, ha llegado ese dichoso momento en el que todos se callan y solo puedes escuchar... exacto, ¡nada!
¡Y es maravilloso! ¡Simplemente increíble! ¡Fabuloso! ¡Indescriptible! Todos, todo, se han callado, se ha callado.
Estás a punto de agradecer, estás a punto de darle gracias a todos los seres majestuosos que pudieron escuchar tus súplicas durante todos estos años. Pero algo sucede, de pronto cae una lágrima sobre ti, sientes el calor de esa lágrima sobre tu piel fría, inerte. Lo peor no es darte cuenta de que has muerto, sino que ahí está otra vez, comienza con el sonido de un llanto, las preguntas: ¿por qué se ha ido? ¿Por qué no le dije antes que lo amaba?
¡Es insólito! ¡El ruido comenzará otra vez!
En verdad te das cuenta de que siempre podrás escapar a la muerte, pero… ¿el ruido?
El ruido es otra cosa.
Es simplemente algo aterradoramente diferente.
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